28/11/06

Eshu denominacion del "Mal"de los Yorubas

Eshu: Denominado por los yoruba africanos como “el mal”, “el enredador” o “la encarnación del soborno”, no es Orisha, es considerado una entidad espiritual aparte, coexistente con Olodumare. Tiene poder sobre todo lo que existe en la Tierra y aunque no es capaz de crear nada, si puede transformar o desvirtuar todo lo creado por Olodumare. Eshu, aunque parezca contradictorio, es uno de los primeros fundamentos que se reciben en el camino de la filosofía de Ifá, pues es bien dicho que los amigos pueden esperar mientras que a los enemigos hay que contentarlos o aplacarlos rápidamente para poder avanzar en el camino, especialmente cuando son mas poderosos que nosotros. Eshu es una entidad espiritual que no cree en nadie ni tiene amigos, él dice: “mi amigo es quien me da de comer”, “yo no tengo granjas, ni comercios mientras los hijos de Olodumare si los tienen, por lo tanto ellos deben darme de lo que ellos tienen o se las verán conmigo”. Para este momento de la lectura usted, al igual que lo hicieron los propios Orisha en su momento, estaría tentado a preguntarle a Olodumare (Dios, Padre Creador): ¿Cómo es posible que usted haya creado semejante elemento de destrucción, intriga y negatividad? Lo cierto, según rezan las escrituras de Ifá en (8-4), es que Olodumare no creó a Eshu. Olodumare preguntó a los Orisha si ellos serían capaces de encerrar a sus hijos en una habitación con una jauría de lobos. Ellos contestaron negativamente. Olodumare, entonces reveló que Él no había creado a Eshu, lo cual causó conmoción entre los Orisha pues ellos, al igual que muchos de ustedes, también pensaban que su Padre lo había creado todo. El único de los Orisha que desde el principio vio a Eshu como un posible aliado en lugar de un enemigo, y que comprendió su naturaleza egoísta pero útil para evitar tropiezos en el camino, fue Orunmila. Es por ello que la elaboración o construcción y la entrega de Eshu a quienes se inician en la filosofía de Ifá es realizada únicamente por un Babalawo, pues fue Orunmila (Orisha a quien los Babalawo representan) el único que pudo dominar a esta entidad. Los Iworo o santeros, cuando entregan guerreros a sus ahijados, en lugar de Eshu, entregan Elegbá (Eleguá), que si es Orisha y que representa de una forma menos tormentosa o destructiva para quien lo maneja, aunque también representa el bien y el mal, los caminos abiertos o cerrados, y que consiste en una simple OTÁ o piedra no tallada por la mano del hombre. La entrega tanto de Eshu como de Elegbá, representa una gran responsabilidad para el Babalawo o el Iworo que lo entrega, pues sus OTÁ (piedras) deben estar sincronizadas o armonizadas con la persona que lo recibe, es decir, debe obligatoriamente caminar con su Orí (Espíritu propio de cada persona). Entregar un fundamento de este tipo con la primera piedra que se nos ocurra, puede acarrear la destrucción de un hogar, la perdida de la prosperidad y hasta la perdida de la salud. Son muchas las personas que he visto renegar del camino de Ifá porque sacerdotes “ignorantes” (en el mejor de los casos) e “inescrupulosos” (en el peor de los casos), han entregado fundamentos de este tipo a personas que tenían una trayectoria prospera en la vida y que al poco tiempo de recibirlos, sus vidas se volvieron un completo desastre. En cualquier caso, Eshu no es una entidad para ser tomada a la ligera, tampoco puede ser considerado como malo, pues también es útil a la hora de salvarnos de aprietos. Su naturaleza es la de un glotón egoísta, así como también nosotros tenemos nuestra propia naturaleza y nuestros defectos. Para aquellos que gustan de los libros de Paulo Cohelo, en “El Peregrino de Compostela (Diario de un Mago)” pueden conseguir una similitud entre lo que Cohelo describe como nuestro demonio personal y lo que la filosofía de Ifá describe como Eshu. Todos nacemos con un Eshu o varios Eshu asociados a nuestras vidas, él o ellos se encargan de crear las situaciones que hacen girar los engranajes de nuestro destino, por ello es tan importante encontrar la forma de comunicarse con él y mas importante aun, convertirlo en nuestro aliado. Nadie se debe arrodillar ante Eshu pues no es Orisha ni creación de Olodumare, pero ello no implica bajo ningún concepto despreciarlo, todos aquellos Orisha que lo menospreciaron o despreciaron, pagaron caro su afrenta, entre ellos, el propio Oduduwa quien pago con su vida en la cruz por negarse a darle de comer a su cabeza en el santuario de Eshu antes de venir para la tierra . Salvo casos específicos, la forma de atender a Eshu y a Elegbá es encendiéndole una vela (ataná), soplándole aguardiente (otí), vodka, o ginebra (según la bebida que se consiga en cada país), un poco de agua y, humo de tabaco ocasionalmente. Algunos acostumbran atenderlo los lunes, si a usted le hace feliz esto hágalo, sino, cualquier día es bueno; lo importante es que lo atienda y no lo deje tirado como si fuera un mueble viejo. Con respecto a la miel (Oñí) que muchos acostumbran a ponerle con frecuencia o cada vez que se le da una ofrenda; mi opinión personal es que esto será muy bueno para Eshu o para Elegbá (según el caso), pero no así para nosotros pues tiende a adormecer a estas entidades en lugar de mantenerlos despiertos para nuestro beneficio. De un sacerdote de Ifá bastante mayor, aprendí que a Eshu y a Elegbá se les atiende con aguardiente (Otí) y tabaco (ashá); únicamente se le pone miel (oñí) si específicamente la pide a través del Oráculo del coco, del dilogún o de Ifá. Debemos recordar que Eshu y Elegbá son los policías del universo están para cobrar cuentas pendientes consigo mismo y con los Orisha, pero que también estan para ayudarnos a vencer obstáculos en nuestro destino y que nuestro Orí (Espíritu propio de cada persona) es mas importante que él y que los mismos Orisha, por lo cual aunque manteniendo la humildad y la educación al dirigirnos a ellos, debemos ser conscientes que nuestras peticiones deben ser hechas con autoridad pues si las mismas son justas y están contempladas en nuestro destino, serán concedidas, de lo contrario aunque que supliquemos o nos humillemos, no serán concedidas. Olodumare nos dio a sus hijos un instrumento de defensa ante Eshu, el Oráculo de Ifá, mediante el cual siempre podemos encontrar la forma de tenerlo como aliado en lugar de tenerlo como enemigo. “La ignorancia de las leyes no excluye de su cumplimiento”.

Como evoluciona Eshu?

Autor: Bàbálórisà Milton Acosta Òséfúnmi Para que Exu quer casa Se trábala sob a lua? Exu não tem parentes, Então mora na rua (Curimba carioca) COMO EVOLUCIONA ESHU Hemos recalcado suficientemente que el elegbara es evolutivo. Por ende, cada paso que da es, por lógica, un avance en su crecimiento espiritual. Va subiendo, por así decirlo, una ladera de montaña paso a paso, hasta que llega a un plano de identificación total con su misión. El desenvolvimiento de estas etapas consiste en un aprendizaje dirigido convenientemente con miras a llegar al punto de partida de tal camino evolutivo, comenzando por el momento en el cual la entidad -utilizando la prerrogativa de ser dueño y esclavo de su palabra, que es ley- habla acerca de sí mismo y diseña un conjunto de símbolos que sellan de algún modo el compromiso de aceptar su misión en esta tierra. Esto se conoce como "ponto riscado". Dibuja el despliegue visible y mágico de su tarea, como una especie de carné de identidad que luego será llevada al metal para la segunda etapa. Segunda etapa: Esta fase es el asentamiento, la ordenación material de los elementos dispersos que lo componen: armas, bultos, etc. Ahí se asienta su páredro/a porque no se concibe nada que pueda actuar sin su par complementario. En este período comienza a valorizar la importancia de la primera faca, para poder efectuar en los reinos afines los servicios que sean precisos. La segunda viene luego, junto al permiso de poder moverla dentro de la Aruanda. La tercera es la siguiente en un orden, e implica que ese' Eshu está capacitado suficientemente para dar su comida a otros elegbaras que así se lo solicitaran, siempre atentamente observado y encaminado por su jefe en la Ley. Finalmente, ya prácticamente en la meta, es autorizado a alimentarse por sí mismo si así lo deseara ó necesitara: esto se conoce en medios religiosos como "liberación", pero no necesariamente( significa rompimiento o repulsa. Simplemente el Eshu, a juicio de su iniciador, alcanzó la mayoría de edad, y está en el momento propicio de organizarse sin ayuda) Primera etapa -Elebó de pluma- (gana quartinha y guía) Segunda etapa -Elebó de asiento- como lo dice la propia definición, se asienta la energía con sus elementos, y obviamente, en cuatro pies. Las próximas etapas han sido ya mencionadas en este mismo ítem, de modo que ahorramos al lector la repetición. La guía imperial de Eshu varía considerablemente de casa en casa, y también, por qué no decirlo, de acuerdo al pedido del propio elegbara que la quiere de talo cual hechura. Generalmente tiene siete piernas y nueve pasajes. Como es posible apreciar, la Kimbanda no es un culto satánico porque se desprende como un fruto maduro de un árbol en el que no hay concepto de Mal en sí mismo. Malo es lo que nos daña, bueno lo que nos gratifica. Y partiendo de la básica ley del eterno retorno, el hombre actúa con su libre albedrío en plenitud. Lo que siembre cosechará, inexorablemente, más tarde o más temprano. El culto a Eshu, la ley ritual de Kimbanda o La adopción del mensaje de Eshu desde el Alto Astral es un apasionado himno de libertad y respeto. Quien no evoluciona -pero cuidado que evolución no tiene nada que ver con ganar plata fácil estafando- debe haber descuidado la relación íntima, plena y total con su compadre Eshu. De otro modo, jamás existiría la carencia. La Kimbanda promueve el aprovechamiento para crecer y evolucionar dentro de los límites de la materia, desde la más densa hasta la más sutil. Es un canto a la vida, a la solidaridad, a la justicia. Un sistema que aporta reserva de luz interior para cuando nos toque penetrar en el pasillo oscuro de lo desconocido. Y allí Eshu es guardián y guía.